27 de marzo de 2007

"La guerra por el talento va en contra de la humanización de las organizaciones"


El director de Operaciones de la firma española estuvo de visita en la Argentina y habló de los desafíos que plantea un mercado laboral cada vez más dinámico. Se quejó de la deshumanización y aseguró que el contexto actual prioriza el saber científico pero "atrofia la parte humana"
Para Carlos Díaz, director de Operaciones de Meta4, un mercado laboral global cada vez más complejo requiere competencias más especializadas, pero "atrofia la parte humana".
El ejecutivo explicó que cada compañía elige diferentes soluciones de gestión de RRHH, en función de cuál es su cultura corporativa.
Asimismo, Díaz destacó el valor de la Argentina como una pieza clave para el desarrollo de productos a nivel regional y resumió las principales demandas de los directivos locales.
Para Carlos Díaz, director de Operaciones de Meta4, la Argentina se transformó en una pieza clave para el desarrollo de productos a nivel regional. Con un crecimiento local que alcanzó el 30% en el 2006, la firma encara una nueva etapa y busca profundizar sus vínculos con el sector público y privado.

En una charla exclusiva con infobaeprofesional.com, Díaz destacó el rol de la tecnología en la gestión de RRHH y contó cuáles son las principales demandas de los ejecutivos locales.

- En los últimos años, el mercado se volvió mucho más dinámico para los profesionales argentinos y la retención pasó a ocupar el centro de la agenda. ¿Cómo puede evolucionar este fenómeno, teniendo en cuenta la batalla por el talento como una tendencia global?
- Va a persistir y se va a agudizar. A medida que el entorno se vuelve más complejo se necesitan competencias más especializadas. Pero eso se combina con una necesidad perentoria de capacidades humanas básicas como son el sentido común, la intuición, o el don de gentes. Lo que nos pasa es que tendemos a la especialización y esto va en contra de la humanización. Precisamente, lo que buscamos en la gente es una combinación de ser humano y ser científico. Pero como cada vez pedimos que la parte científica sea más grande, se atrofia la parte humana y vamos rengueando.

- ¿Cómo interviene en este contexto la motivación?
- Es muy importante, tanto en lo formal como en lo informal. Si yo puedo hacer el seguimiento de cuáles son las palabras de ánimo, las palabras de aprecio por el trabajo de una persona -lo que se llaman medallas verbales- en mi equipo, eso crea muchísima más fidelización hacia el trabajo que un aumento salarial o una encuesta de satisfacción. Pero además, los términos de justicia dentro de las organizaciones son clave y esto es mucho más fácil de gestionar a partir de herramientas que ayudan y recomiendan que esto ocurra.

- ¿Qué diferencias aparecen entre la demanda de los directivos de recursos humanos locales y los del resto de la región?
- Todas. Las soluciones de recursos humanos son empleado por empleado. No conviene segmentar solamente por geografía o por país, sino que cada directivo es distinto y busca las soluciones no para él, sino para cada uno de los miembros de su organización. Y hacer eso sin necesidad de aumentar la complejidad es el papel de la tecnología. Cada organización elige en función de cuál es su cultura corporativa. Tenemos clientes como Bimbo, que hace mucho hincapié en capacitar y en los planes de carrera de su gente. Es una de las empresas del mundo con menores niveles de rotación. También hay compañías como Deloitte que hacen hincapié en captar a la mejor gente del mercado y contratar ya con un nivel de conocimientos alto.

- ¿A qué apuntan los directivos cuando buscan este tipo de aplicaciones?
- Hay muchas tendencias en la gestión del talento. Pero lo que más nos demandan son soluciones con las que ellos puedan llegar a ser directores generales. El resultado es ese.

- Eso implica desligarlos de cuestiones administrativas y procesos como la liquidación de sueldos que llevan demasiado tiempo.
- Exacto. Cuando en una organización el director de recursos humanos está preocupado por cómo liquidar en diciembre los pagos extra, aporta poco valor. La tecnología puede encargarse de eso. Y puede ayudarlo a buscar gente que acaba de salir de la universidad y llega a la empresa a crear valor y generar un caldo de cultivo para crecer.

- ¿Este cuadro cambió con respecto al de la década del ’90?
- Sí. Pero yo no creo, que Argentina vaya por detrás en la ola de conceptos de recursos humanos ni en la tecnología. Creo que cada vez hay más homogeneidad en Latinoamérica y también entre las empresas que operan en los distintos países. Ahora todo es mucho más homogéneo y mucho menos rico, también.

- Esto se relaciona con la búsqueda de profesionales diferentes y la pelea por el talento entre las empresas. ¿Qué papel juegan las aplicaciones para RRHH en ese proceso?
- Una de las cosas a las que yo personalmente me dedico es a buscar talento en esta zona del mundo y conozco muy bien cuáles son esos desafíos. Creo que en organizaciones globales tener una solución que facilite esos procesos es la diferencia entre ser o no ser competitivo. Por ejemplo: personas a las que he visto son ideales para un puesto que todavía no existe hoy o para un desempeño que todavía no soñamos con tener. Pero, en el momento en que yo esté en cualquier otro tipo de proceso de desarrollo -incluso si necesito una persona para una actividad consultiva-, tengo toda esa información disponible y no la tengo que buscar.

- ¿Cuáles son las perspectivas para las aplicaciones de recursos humanos en la Argentina?
- El año pasado crecimos muchísimo, más de un 30%. Fue un año extraordinario, tanto en el sector privado como en el público y lo que queremos ahora es pasar de los crecimientos lineales a crecimientos exponenciales. Argentina se está convirtiendo en el centro de servicios compartidos para toda la región: proyectos que se venden en Colombia, en México, en Estados Unidos o en Perú son ejecutados desde aquí. Y por otro lado estamos trayendo cada vez más investigación y desarrollo al país. Los proyectos de alta tecnología que antes hacíamos exclusivamente desde España o desde Estados Unidos, ahora cada vez más se hacen con capital intelectual argentino. Estamos en un proceso de crecimiento continuo de un estas oficinas y de contratación.

- ¿Ese crecimiento se relaciona con la mejora general de la economía o con procesos internos de las áreas de recursos humanos?
- Hay varias razones, obviamente tiene que ver con la macroeconomía y con la madurez del producto. Pero sobre todo está relacionado con cómo somos capaces de conectar con las necesidades de los directivos de recursos humanos y brindarles soluciones que se pongan en sus zapatos. Que no tengan tanto que ver con tecnología y mucho más que ver con los procesos de negocios. Creo que entendemos mejor lo que ellos nos están demandando, hemos captado el mensaje.

Luis Lozano

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