La modalidad la aplican desde grandes corporaciones hasta pequeñas y medianas compañías de los rubros más variados. Quienes lo implementan lo utilizan como un beneficio más para sus empleados y un recurso para fidelizar a los trabajadores. Los resultados son muy positivos, aseguran los cientos de empleados que ya no lucen traje y corbata.
Dentro de este grupo se encuentra Officenet. La compañía, que figura en el puesto número 30 entre las mejores empresas para trabajar según el Great Place to Work, sostiene la política de permitir que sus empleados puedan trabajar de “forma cómoda”.
Puntos Importantes
- Cada vez son más las empresas que permiten a sus directivos asistir a la oficina vestidos de forma “casual”, no sólo los días viernes sino también el resto de la semana.
- La modalidad la aplican desde grandes corporaciones hasta pequeñas y medianas compañías de los rubros más variados.
- Quienes lo implementan lo utilizan como un beneficio más para sus empleados y un recurso para fidelizar a los trabajadores.
- Para evitar los malos entendidos, algunas empresas en Estados Unidos –la capital madre del “bussines casual”- debieron establecer códigos de vestimenta informal.
“Como parte de nuestra cultura tratamos de no tener demasiadas reglas a la hora de la vestimenta. Creo que es un beneficio para todos los empleados venir a trabajar de forma cómoda, sin necesidad del uso de traje”, señala Leo Piccioli, gerente general de la firma, que provee servicios e insumos para oficinas.
Para el ejecutivo, la vestimenta del personal refleja en gran medida la naturaleza y los valores de la empresa. “Venir con ropa cómoda significa trabajar de forma cómoda, y tiene su correlato en un lugar agradable para trabajar y un servicio que hace más cómodo a nuestro cliente. La ropa es muy importante, y dice mucho de cómo es la empresa, qué promete, etc.”, explica.
SC Johnson también comparte desde hace tiempo esta política con sus empleados. En un principio la opción sólo se aplicaba los viernes, pero con el tiempo se fue extendiendo a los demás días de la semana.
“La idea es facilitar que el empleado esté en su trabajo de manera cómoda, y además el hecho de no tener que comprarse un traje, hace que su calidad de vida y costos internos mejoren, ya que no tiene que gastar dinero en eso”, dice Gabriel Volpi, gerente de relaciones institucionles y recursos humanos de la firma de fabricación de productos para el cuidado del hogar.
“Es mucho más cómodo”, agrega desde su experiencia cotidiana.
Informal, pero presentable
En ocasiones el término vestimenta informal puede causar cierta confusión entre los empleados. Más allá de una cuestión típica de gustos en la forma de vestirse existe también un tema generacional. La palabra casual puede ser interpretada de distinta manera según se trate de un empleados de 20, 30, 40 o más años.
Para evitar los malos entendidos, algunas empresas en Estados Unidos –la capital madre del “bussines casual”- debieron comenzar a establecer códigos propios de vestimenta informal para sus empleados.
Por ejemplo, Five Point Capital, una firma con sede en San Diego, tuvo hace tiempo que dejar en claro las cosas. Nada de jeans rotos ni remeras que dejen partes del cuerpo al descubierto, fueron algunas de las reglas que debió establecer la compañía.
Con el fin de prevenir inconvenientes a la hora de la vestimenta, la asesora de imagen Florencia Ducos, socia de Grupo Imagen, recomienda a los ejecutivos nunca olvidar que, independientemente de que en la empresa les sea permitido usar ropa más informal, siguen estando dentro de un entorno laboral.
“Algunos dicen: ‘es casual, entonces me pongo lo mismo que el fin de semana’. Pero lo importante es que tienen que seguir demostrando que están trabajando en una empresa”, señala la especialista.
Ducos explica que existen dos estilos distintos dentro de la categoría de lo que se denomina “vestimenta casual”. El primero es el llamado business casual, que implicaría el uso de pantalón de vestir, un blazer, camisa para usar sin corbata, zapatos y cinturón de cuero. “Es un conjunto sin corbata pero que sigue siendo formal”, afirma.
Ya más relajada, la otra opción de vestimenta puede incluir un pantalón de gabardina, una camisa o chomba, un sweater o campera de tela y zapatos acordonados.
“Lo que nosotros siempre recalcamos es que lo que debe hacer el hombre para no equivocarse en su vestimenta es tener en cuenta su jerarquía, con quiénes va a estar ese día -pensar si va a tener reuniones y con quiénes, clientes- y, en función de eso, evaluar cuál de todos los casuals se va a poner, incluso, evaluar si es apropiado o no que se vista de casual ese día”, explica Ducos.
Otro de los puntos a considerar a la hora de elegir el atuendo para ir a trabajar es el tipo de empresa en la que se trabaje. No es lo mismo si se debe estar todo el día en contacto con clientes que si uno se desempeña la jornada completa dentro de su oficina sin contacto con gente ajena a la compañía.
Pese a que algunas empresas en el mundo ya comenzaron a implementan códigos de vestimenta casual; en Argentina la mayoría de las compañías que permiten el uso de ropa informal, como SC Johnson, prefieren evitar las reglas y apelar simplemente al buen tino de sus empleados.
“Apelamos mucho a la autoresponsabilidad. La idea es que vengan con ropa cómoda pero presentable. Hasta el momento nunca fue necesario poner un reglamento”, asegura Volpi.
María Eugenia Baliño