Es una práctica creciente en grandes firmas de los Estados Unidos, para incrementar los vínculos interpersonales. Dio resultados exitosos. Cuál es la situación en la Argentina Un artículo publicado recientemente en el estadounidense ABC News reveló que una tendencia en crecimiento en las prácticas laborales de varias firmas en Norteamérica es pasar un día de la semana sin envío de correo electrónico.
Tal como indica el medio, “el volumen de correos electrónicos ha explotado en los últimos años con más de 170 mil millones que ahora se envían a diario alrededor del mundo, según el Grupo de Investigación de Mercado Radacti. Eso es dos millones por segundo”.
La magnitud, se indica, generó una preocupación porque “esta herramienta para facilitar la comunicación en realidad hace que sea más difícil comunicarse”.
“Algunos mails son muy valiosos y otros son solamente una excusa para no comunicarse o para protegerse de algo que está ocurriendo”, dice al ABC News Jay Ellison, vicepresidente ejecutivo de U.S. Cellular.
Al obligar a no utilizar el e-mail, al menos para las comunicaciones internas, lo que se fuerza es el contacto directo -es decir, moverse de un escritorio a otro para hablar- o bien, telefónico -donde se escucha a un otro, con su tono de voz y otras posibilidades temáticas que ofrece la charla abierta-.
Entre las compañías que restringen el correo electrónico, se mencionó a U.S. Cellular, PBD Worldwide Fulfillment Services, Alpharetta, Ga.-based outsourcing company.
Y los resultados han sido sorprendentes: bajó 75% el volumen de mails durante la semana y mejoraron las relaciones y por añadidura, la productividad.
Qué pasa en la Argentina El volumen de mails que reciben a diario los empleados de muchísimas empresas ha crecido a pasos agigantados, con especial ayuda del spam. Por tanto, el bombardeo de correo también es una realidad local.
Consultada acerca de esta tendencia, Daniela de León, directora de Dale Carnegie señaló que los viernes sin e-mail “es una tendencia en los Estados Unidos con posibilidad de expandirse hacia América Latina”.
“En la Argentina, también ocurre que en las empresas se reciben miles de mails a diario. Y, de esta manera la comunicación puede volverse impersonal. Ocurre que a veces, para preguntarle algo a un compañero que se encuentra a 10 pasos de distancia o en la misma planta, se le envía un mail”, comentó.
“La propuesta de las empresas mencionadas en el artículo es interesante ya que denota que la relación personal es mucho más fuerte que mandar un mail: se pueden ver las expresiones faciales del otro, se escucha su tono de voz, y el contacto interpersonal abre un espacio de diálogo en el que se pueden preguntar otras cosas de la vida, llegando a una mayor profundidad con el colaborador”, observó de León.
“El contacto con el otro, puede dar un valor agregado. Los compañero de trabajo aprenden a tratar unos con otros, personalmente, y de esta manera se favorece la integración y se fortalece el vínculo laboral de una manera más personal de lo que puede fortalecerse a través de una computadora”, dijo.
Es que “si bien vivimos en una era tecnológica, lo más fuerte sigue siendo la relación humana: cuando uno cumple años, no es lo mismo recibir un mail que un llamado”.
Hasta ahora no hay firmas argentinas que prohíban los e-mails los viernes. Pero, puede ser que esto ocurra, porqué no, teniendo en consideración que ya son unas cuantas las empresas que permiten el “casual” o vestirse de manera informal ese día, para “descontracturarse” y recrear otro ámbito posible de producción.
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